sábado, 1 de mayo de 2010

LA CONCEJALA HACE OIDOS SORDOS A LAS CRÍTICAS MIENTRAS LA CIUDADANÍA SUFRE LAS CONSECUENCIAS DE SU MALA GESTIÓN Y DE SU AFÁN POR AFERRARSE A SU PUESTO


Las personas como mercancía, las ciudadanía como números, la vida de la gente como piezas de juguete que se colocan, descolocan, rompen, ensucian, se tiran, sin más interés por parte de nuestro Ayuntamiento que el de que en sus medios de comunicación, en las fotos y en la "posteridad" salgan bien su concejala de Bienestar Social o sus acólitos puestos a dedo para desmembrar, desajustar y caotizar el servicio público más sensible e importante que tiene una ciudad, y más en momentos de crisis económica y vital para muchas personas.

Vivimos momentos difíciles en nuestra ciudad, toda la ciudadanía somos depositarios de derechos que la administración pública debe cubrir, por eso nuestras sociedades se dotan de estas administraciones, que no son otra cosa que parte de todos nosotros y nosotras. Si estas administraciones no funcionan, ..., ¿para qué están?

Paro, dificultades económicas graves, situaciones de dependencia, personas con enfermedad mental, discapacidades, personas sin hogar, personas inmigrantes con necesidades de poder vivir tranquilamente sin que se las persiga, niños y niñas desprotegidas, malos tratos, situaciones jodidas que existían antes, y que ahora cada vez las sufre más gente. Y todo esto, de alguna manera llega a nuestros centros de servicios sociales, nuestros dispositivos de personas sin hogar, equipos de tratamiento familiar, etc. La ciudad no puede abandonar sus obligaciones para apoyar y mejorar la vida de las personas que están jodidas, no se puede mirar para otro lado. Y eso es lo que hace nuestro ayuntamiento, nuestra concejala, que parece muy cómoda en su vida sin complicaciones, saliendo bien en las fotos como máxima preocupación.

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